viernes, 2 de noviembre de 2007

¡Luz, más luz!

La mayoría de testimonios dice que el camino para la otra vida está lleno de luz. Las últimas palabras de Goethe en vida fueron: ¡Luz, más luz!
Refieren un túnel iluminado, luminoso.
La tradición señala que los difuntos tienen un día de permiso para "echarse una su vueltecita" a esta vida. Tal vez por esto los mortales prendemos candelas, para que los muertos hallen el camino de regreso.
No creo que nuestras candelas basten. Al ir tras la luz ¡ellos ya son luz! Ellos ya son un camino de trigo eterno.
Millones de candelas no son ni la mitad de un cerillo para la eternidad.
Tal vez las candelas las prendemos para iluminar nuestros caminos, para recordarnos que la muerte no es la oscuridad sino ¡la luz!
Yo celebro la claridad de esta mañana, el olor de la vida enredado en las flores de la ofrenda de los muertos que es una ofrenda de vida, ¡de luz!