miércoles, 21 de noviembre de 2007

Para leer en el viaje

Hoy escribo temprano. Al rato, Dios mediante, viajaré. Para el viaje (de unas cuatro horas en camión) llevo un libro de cuentos de Fabio Morábito. Por si alguno de mis fieles lectores quiere seguir con el textito copio un fragmento. ¡Que haya suerte el día de hoy! ¡Que Dios haga llover bendiciones a todos!

DIOS TAMBIÉN RESUELVE CRUCIGRAMAS (5)

Cuando el muchacho salió de la casa, Ausencio se acercó y hurgó a través de la ventana. Vio una mesa vacía y unas paredes escarapeladas. Iba a retirarse cuando oyó el ruido de una puerta y sintió que alguien lo tomó de la camisa y lo metió.
-¿Qué buscás acá, muchachito de porra? -. Era el limosnero.
-Nada, señor, nada.
Ausencio vio que la silla de ruedas estaba escondida detrás de un cancel de madera.
-¡Ah, sí, vos buscás algo!
-No, señor, le juro que no.
-¡Sí, vos, como todo el mundo, buscás tu palabra. Vení, sentate acá!
Ausencio se sentó en la única silla que había alrededor de la mesa. Milito entró en un cuarto y salió cargando una caja que puso sobre la mesa.
- Tenés suerte. Es día de luna madura, es buena señal -dijo Milito. Tomó la caja con ambas manos y la vació sobre la mesa.

(Continuará)