domingo, 11 de noviembre de 2007

Los comentarios de Roberto Coello Trejo

Como cada semana, don Roberto Coello Trejo me envió copia de su columna. ¡Sale para los lectores de este cuaderno de apuntes!

Importado el Ministro de Justicia

Roberto Coello Trejo

No había bastado que muchos cargos, desde los llamados de “medio pelo”, hasta el que actuaba como coordinador del gabinete del gobernador Sabines Guerrero, mismo que se había ganado a “pulso” el cargo de “vice gobernador”, así éste fuese de facto, como para que nuestros brillantes legisladores y después de hacerle reformas a la Constitución General de la Entidad, que entre otros puntos señalaba que para ser Procurador de Justicia del Estado, ahora ya reformada primero como Fiscalía y ahora como Ministerio de Justicia, era menester ser chiapaneco de nacimiento, le abrieran las puertas de par en par a la estulticia, a la villanía y a la ofensa no sólo a la sociedad chiapaneca, sino a los que durante años se han quemado las pestañas para con orgullo y satisfacción decirse y ser abogados y así poder servirle a sus coterráneos.

Visto esta que el creador de las iniciativas que nuestros brillantes legisladores han aprobado -porque todas son de su autoría-, tuvo el cuidado de “checar” que ese impedimento fuera eliminado de la Constitución para, sin caer en dislates de ninguna naturaleza ni se fuera objeto de ninguna clase de crítica, salvo la de aquellos que creemos que en Chiapas existen abogados tan o mejor preparados que don Amador, pudiese ser designado Ministro de Justicia del Estado en sustitución de Mariano Herrán Salvatti, quien venía fungiendo como encargado del despacho desde el momento mismo en que, también con el consenso de la ¿legislatura?, se eliminó de la Constitución el carga de Fiscalía General del Estado. Como se sabe al desaparecer la Fiscalía, y aquí lo señalamos en su momento, el futuro de don Marino Herrán pendía de la cola de un venado, ya que en cualquier momento se quedaría sin “chamba”, aunque apareció la “benevolencia” al ser designado secretario de Fomento Económico, con atribuciones bastante recortadas, y buscar, asentado en su natal Tapachula, una de las curules federales que estarán en juego en el 2009 si, llegado el caso, es postulado por algún partido de los que se sienten ganadores.

No hay pues impedimento jurídico para que el otrora “vice gobernador” Amador Rodríguez Lozano ocupe la cartera de Ministro de Justicia. Ya los panageristas oficiales se encargaron de dar a conocer su currícula, aunque buen cuidado tuvieron de no manifestar que fue priista de hueso colorado -aunque eso no se toma en cuenta por la relación con Bety-, y de que al no alcanzar la nominación de ese partido para ser candidato a la gubernatura de Baja California, después de su “berrinche” negoció con la oposición convirtiéndose en esbirro de Cuauhtémoc Cárdenas. Es obvio que las siglas perredistas estaban en pañales y desde luego no pudo, ni con “chochos” lograr la gubernatura de su tierra natal.

Aquí, sin mucho ruido, durante 10 meses “ubicó” a todos sus incondicionales, se dice que hay más de tres mil plazas de fuereños en cargos de nueva creación; hizo y deshizo con las alcaldías que estuvieron en juego y “despidió”, a su libre albedrío, a quienes no se doblegaron, ahí esta el caso Tapachula, a los intereses dictados o personales.

Hoy al cargo de “vice” se le agrega desde el pasado 31 de octubre, aplaudido por propios y extraños, la cartera de Ministro de Justicia. Tiene pues todos los hilos de la política y será pues el que “procure” el que los chiapanecos gocen de los diversos tipos de justicia que se manejan.

Atrás quedaron los juristas emanados de la Centenaria Escuela de Derecho de San Cristóbal de las Casas, y muchos miles más que han egresado de las aulas de la Universidad Nacional Autónoma de México, de la Escuela Libre de Derecho, etc., etc. Para ellos no hubo convocatoria y poder concursar al cargo ya sea porque no le llegan a los “talones” jurídicos al “vice”; sus “padrinos” son “balines” o están tan verdes que no lograrán entender que la impartición de justicia tiene muchas aristas especialmente cuando en ella interviene la política, y se manejan episodios que genera complicidades desde la penumbra en la que incomprensiblemente se ha caído.

De verdad, no somos abogados, pero este hecho nos recuerda al sátrapa, lépero y autoritario González Garrido que impuso a la de a “Wilson” a un tiro; al señor Tiro Sánchez -con resultados desastrosos-, que más que Procurador de Justicia era un empleado del tabasqueño dizque avecindado en Playas de Catazaja. Nos da pena y vergüenza. ¿Qué dirán los integrantes de las asociaciones y colegios de abogados chiapanecos que acciones de este tipo les restan méritos, que muchos los tienen, por intereses políticos? Será que van a tener la suficiente “testosterona” para cuando menos alzar la voz y manifestar su malestar y descontento ante una aberración y un insulto a la profesión y a los conocimientos que suponemos poseen y que nada le piden a un advenedizo como el bajacaliforniano que tal parece, con el beneplácito y desinteres de arriba, vino a la conquista de los chiapanecos.

¿Será que van a externar alguna opinión por la “villanía”, por citar algunos nombres abogados chiapanecos como Sergio Valls Hernández, Roberto Gómez Alfaro, Emilio Rabasa, Marcos Nazar Sevilla, incluso el “siete copas”, o varios radicadas en el estado como Rafael Ibarrola, Marco Antonio Ruiz Guillén, Marco Antonio Bezares, Enoch Cancino, Enrique Sumuano, Ricardo López Grajales, etc., etc., etc. que bien pudieron haber aceptado el cargo de Ministro de Justicia y ser ellos, chiapanecos de nacimiento, los que pongan en juego sus conocimientos y procuren la justicia que la sociedad demanda.

De verdad que todo esto es muy lamentable y condenable. No tenemos nada contra los “fuereños” que vienen a aportar, a dejar enseñanzas que enriquezcan y saquen de la marginación y la miseria a los chiapanecos, pero sí repudiamos a los que vienen en plan de conquista.