domingo, 25 de noviembre de 2007

Los comentarios de Roberto Coello Trejo

Don Roberto me envía cada semana su columna periodística para compartir con los lectores de este cuaderno de apuntes. ¡Sale copia!

A merced de los fenómenos meteorológicos

Roberto Coello Trejo

Los recientes sucesos que se tuvieron que confrontar generados por los fenómenos meteorológicos que se abatieron esencialmente en la zona norte de la entidad y que dejaron secuelas que nos hacen recordar lo que se ha vivido en el pasado en otras latitudes de nuestra geografía, mismas que dejaron mas miseria, desolación, varios cientos de damnificados y la pérdida de vidas humanas, se sumaron a los que dejo Stan que al llevarse al terreno de la política propiciaron desconfianza e incredibilidad de una sociedad que no tiene el por qué ser partícipe de revanchismos ni descalificaciones que llevan visos de venganzas. Hoy creemos no habrá tal. No hay manzana de discordia para ello.

Hablar de los daños provocados por las lluvias ya no constituye ninguna novedad así al inicio de la resiente contingencia se le haya querido minimizar, seguramente para no caer en el amarillismo ni en el alarmismo que finalmente se dio al desgajarse un cerro que sepultó a un ejido ubicado en los márgenes del Grijalva dentro del municipio de Ostuacán.

Lo vivido constituye una nueva advertencia de lo que la naturaleza puede provocar cuando sale a relucir su furia. Son fenómenos de los que nada ni nadie debe estar ajeno; y si en esta ocasión sus efectos no fueron tan severos, no se está exento de que, como lo pronostican los conocedores en la materia, en el futuro no sean de consecuencias desagradables.

Algo de lo mucho que se difundió en un pasado reciente dejo huella. La tarea que realizo y sigue desarrollando la Dirección de Protección Civil se hizo presente en el ánimo de muchos miles de chiapanecos que han asimilado las pláticas, las advertencias y cómo debe procederse en situaciones como las que se vivieron y que, debe resaltarse y externarse con mucho énfasis, evitó inimaginable mortandad en el vecino estado de Tabasco que, como se sabe, en esta ocasión sufrió los graves embates de las lluvias al desbordarse los ríos que rodean esa entidad y que cruzan territorio chiapaneco.

Obviamente que los daños no pueden compararse. Si puede compararse la asimilación y las advertencias más no el número de decesos, ya que mientras en el vecino estado se habla de pocos desaparecidos, aquí en nuestra entidad los que habitaban el ejido “Juan del Grijalva” siguen llorando a sus más de 25 muertos.

No obstante lo señalado líneas arriba y de que existe mas conciencia ciudadana, creemos que seguiremos vistiéndonos de negro. Una cosa es el advertir e incluso prevenir de lo que puede sucederle a los que están asentados en los márgenes de los ríos, y otra muy diferente el que la autoridad, o sea el gobierno, aplique la ley y al costo que sea reubique a los miles de chiapanecos, instalados en asentamientos de grave riesgo, en nuevos centros población, con lo que no sólo se cumplirá con lo que las leyes en la materia señalan sino que se estará preservando, en base a la ley, la integridad física de aquellos que no entienden razones.

Creemos que las autoridades involucradas deberían ser más previsoras ante las advertencias que han lanzado a los cuatro vientos los que de fenómenos naturales saben. El futuro en ese renglón no es nada halagador. Aquí si cabría aquello de que “sobre advertencia no hay engaño”. A los miles de millones de pesos que están destinando para reconstrucción, rehabilitación, etc., etc., deberían agregar cantidades similares para, planeando a futuro, ir construyendo nuevos centros de población en donde la naturaleza ofrezca seguridad a sus habitantes.

Lo vivido aquí, allá y acullá no debe repetirse. Es hora, señores políticos, de pensar y actuar en favor de un pueblo que de verdad, después de tanta corrupción, incuria, negligencia e irresponsabilidad, sigue manifestando su nobleza.