domingo, 4 de noviembre de 2007

La columna periodística de esta semana

Acabo de recibir la columna periodística de don Roberto Coello Trejo.
Va copia:

Blanca, el PRI y la homologación

Roberto Coello Trejo

Al margen de los argumentos que esgrimió Blanca Ruth Esponda, subsecretaria de gobierno, en relación al “recule” gubernamental en torno a las reformas de que fue objeto la Constitución del Estado para homologar las elecciones estatales con las federales, hecho que la llevó a “bailar con el más feo” del arte de la política, están los fondos y las formas para primero evitar ceder a las “pretensiones” que los legisladores, incluida Arely Madrid, priistas demandaban para “hacer el trabajo” y en seguida el que por ahí “apareciera” alguien, muy legalista, como no hace mucho, exigiendo no se viole nuestra Carta Magna como de hecho sucedió y que obligó, antes de las protestas y de que las autoridades electorales federales ordenaran el “recule” al trabajo legislativo, se le diera marcha atrás a una reforma que ya se había hecho, sin cuidar tampoco las formas, espacios y tiempos en un pasado reciente, y que dieran pábulo a ataques desmesurados y deleznables y a las elucubraciones fantasiosas de mentes enfermas, y que han hecho de ello una industria que goza de impunidad..

La homologación de los procesos electorales, lo hemos dicho, no es capricho de los gobernantes en turno; es una recomendación que formulara desde que andaba en campaña el ahora presidente Felipe Calderón Hinojosa, a través del senador panista Moreno Valle, que logró un punto de acuerdo en el Senado de la República para tal efecto. Hay que reducir gastos onerosos -vil despilfarro con votaciones pírricas-, destinar los tiempos y los recursos a otras cuestiones de más provecho y, en momentos, distensionar políticamente a los Estados y consecuentemente al país.

Hoy como ayer, el hecho que había sido calificado de “inédito” (es la palabra de moda) y de “avanzada” se hizo sin observar lo que marca nuestra Constitución, que con toda claridad establece que en tanto este en puerta un proceso electoral o éste no haya concluido, no pueden llevarse a cabo reformas sobre materia electoral.

Vamos pues. Fue la misma jeringa pero con diferente bitoque, sólo que ahora le correspondió a otro gobierno y a doña Blanca, antes de que se presentara por ahí alguna controversia constitucional que “dañara” imágenes y les endosaran otros calificativos, que el propio gobierno se dio “cuenta? del dislate y determinó echar reversa y esperar, si las cosas no cambian en estos días, de que hagan caso omiso de lo que dice la Constitución o simplemente que el “boletín” oficial, leído por doña Blanca, que obviamente fue más que consensado, surta los efectos deseados y los ayuntamientos, o sean los regidores, se apliquen y cumplan con el mensaje emanado de Palacio de Gobierno rechazando la propuesta.

Las baterías las enfocó doña Blanca a los priistas. Tiene su porque. No hubo previo arreglo. Desde que se envió la iniciativa sólo “cuatro” tricolores medio “jalaron”; Lenguardo y socios ya habían puesto bases, condiciones, y como el aprobar leyes, así le estén dando en la “mother” a la ciudadanía se cotizan de acuerdo a la Bolsa de Valores, al constituir una “villanía” los ¿convencidos? la aprobaron en comisiones pero se abstuvieron de emitir su voto desde la tribuna.

Desde luego que ello no implicó el que no se aprobara. Había mayoría y la iniciativa se aprobó. En menos de 24 horas se dió marcha atrás. La tocó a doña Blanca, que por cierto la trae “cazada” con su jefe inmediato, hacer el gran papel responsabilizando a los priistas, encabezados por Arely Madrid del rechazo a dichas reformas que por lo que se está observando todo podría quedar en una comedia.

Lo de la Bolsa de Valores no nos consta. Lo que establece la Constitución no tiene vuelta de hoja. El proceso del 2007 no ha concluido y consecuentemente las leyes sobre la materia son intocables.

La lógica indica que le corresponderá a la próxima legislatura, con otro modo de andar, la encargada de negociar, de valorar los pros y los contras y desde luego evaluar la fortaleza de la Bolsa de Valores. Si las reformas homologatorias se concretizan sin más ruido del que ya se hizo, y cuyos efectos sólo afectan a los que estarán en los cargos un año ocho meses, el papel de doña Blanca se convertirá en “papelazo” ya que aquí no ha pasado nada políticamente hablando, aunque miles de chiapanecos están, de hecho solos, sorteando las inclemencias del tiempo.

Habrá que empezar a buscar culpables por los excesos de lluvias y la falta de atención oportuna a los damnificados, así los hechos los están minimizando y no precisamente como parte de estrategias de mercadotecnia. De lo demás, lo único cierto es que a doña Blanca, que no posee el mismo “filing” de hace 24 años cuando arribó procedente de La Habana, en el avión presidencial, para registrar su candidatura para ocupar una curul federal, le tocó bailar con el más feo de los dislates jurídicos.